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La Fractoría

Caminos que no llevan a ninguna parte

Caminos que no llevan a ninguna parte En contra del refrán todos los caminos conducen a Roma, reivindico el derecho a no ir a ningún sitio.

El derecho a pasear por pasear, a caminar sin rumbo a la espera (mejor que ni siquiera haya espera) de encontrar un rincón soñado. Como cuando los niños organizan escapadas para buscar el nacimiento de un río, una cueva especialmente sugerente, un barranco en el que encontrar objetos inútiles que pueden convertirse, súbitamente, en joyas magníficas que deslumbran a la luz del sol.

No hace falta sufrir en estos paseos bajo la despótica y cruel bota de John Silver. Basta con ponerse a caminar con el espíritu adecuado: el de juego, el que suele habitar en los niños y en los gatos.

Si las autopistas estelares que mi mente quiere inventar cuando veo este fractal existieran, tened por seguro que yo querría recorrerlas.

Disfrutadlo y sed felices, que estamos en primavera y, como dijo alguien el campo está cursi de bonito. Además, como es fin de semana, os hago una humilde recomendación: escuchad Primavera de Mariza: exquisita...

2 comentarios

Mei -

Una de las propiedades más interesantes de los fractales es que se mueven a caballo entre dimensiones. Así la curva de Koch (1 dimensión) tiende a abarcar todo el plano (2 dimensiones), de forma que ésta a cada iteración se acerca más a ser de dimensión 2, por ejemplo 1.7...
Es decir que si nos ponemos a reseguir el camino marcado por una de estas curvas... seguramente tardaremos en llegar a alguna parte...

et in Arcadia, ego -

Me uno a la reivindicación...y aprovecho para agradecerte esos estallidos de formas/colores que, con el sugestivo nombre de Fractales, has puesto ante mis ojos.
Saludos.